Se abren puertas se descubren ventanas
Un fuego se enciende y me deslumbra
Todo se decide encuentro
Criaturas que yo no he deseado.
He aquí el idiota que recibía cartas del exterior
He aquí el anillo precioso que él creía de plata
He aquí la mujer charlatana de cabellos blancos
He aquí la muchacha inmaterial
Incompleta y fea bañada de noche y de miseria
Cargada de absurdas plantas silvestres
Su desnudez su castidad sensibles de cualquier parte
He aquí el mar y barcos sobre mesas de juego
Un hombre libre otro hombre libre y es el mismo
Animales exaltados ante el miedo con máscara de barro
Muertos prisioneros locos todos los ausentes.
Pero tú por qué no estás aquí tú para despertarme
1 comentario:
Está de pie frente a mis párpados,
sus cabellos entre los míos.
Tiene la forma de mis manos
y tiene el color de mis ojos.
Y fui por ella devorado
como una isla por el mar.
Tiene los ojos siempre abiertos,
me tiene siempre desvelado;
a plena luz sueña sus sueños
que hacen declinar el sol,
me hace reír, me hace llorar
llorar y reír, y hablar
sin tener nada que decir.
Paul Éluard
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