Académico en formas, suntuoso en plástica, en mi opinión no es exactamente un onirista, sino alguna suerte de disrruptor de la realidad. Quizás él la ve-la realidad- desde un confín diferente que mantiene en secreto.
Pintor, grabador, dibujante y collagista, siempre contiene perspectivas del "Quatrocento" y cierta invectiva sin predominio de sabor alguno.
Es un gran creador de seres. Seres atroces, pero que no parecen ser agresivos.
Nos obliga a ser espectadores de una cámara obscura que el anima desde una guarida...y no tememos.
No terminamos de substanciar cosas y entre ellas está la obra de Hernández que ni siquiera es una visión de este mundo.
Huele a "Palazzo" veneciano y a cuento de Hoffman.
El sol se pone.
2 comentarios:
Soy planta sin nombre
en las aguas veloces
de tu corriente.
Todas las plantas tienen nombre. Linneo y Lamarck, se ocuparon de ello. Otra cosa es-y más interesante-es que renominemos la Botánica, la taxonomía académica, con denominaciones personales. Un ejemplo: La "Rosa damascena" podría llamarse "Rosa Plena de Corazón"...Redouté no tendría inconveniente. Y María Antonieta, menos.
Nominemos al narciso.
Un abrazo.
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