jueves, 13 de diciembre de 2007

Entramado de Marcel Duchamp, con la fuente.


El genio se restableció al considerar como "no arte" cualquier cosa que fuera tradicional.
El cambio de contexto de cualquier objeto le nomina de forma diferente y esa sencilla permutación crea una recreación de la realidad y por tanto es susceptible de ser arte.
Cierto es que no parece a simple vista que se mantenga la idea de introspección de la que el arte es deudor, pero es posible que esta conclusión no sea acertada.
El Grupo Ballenusa, una conjugación de tres diletantes, colocó en la librería tres descontextualizaciones: Dos vasos-uno enorme de 15 litros y otro de 15 centímetros cúbicos- que separados por dos metros parecía no tener relación alguna. Lo titularon "Vasos no comunicantes". En un atril se mostraba un pimiento...arrugado pero bello: "Y un pimiento" era su título, casi una burla.
"Me importa" era la tercera. Suspendidos del techo con hilo de pesca, casi flotaban tres silbatos; uno un "City Whistle", otro de árbitro y un tercero de caramelo.
Nada era lo que parecía ser, e independientemente de la "boutade", a mi me hizo recordar a Duchamp...y hasta creí verle pasar por la calle y con un tablero de ajedrez bajo el brazo.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Mírame y sé color
más tarde
tu reír como sol por liebres por camaleones
aprieta mi cuerpo entre dos líneas anchas
que el hambre sea claridad
duerme, duerme ¿ves?
somos pesados antílope azul
sobre glaciar
oreja en las piedras
bellas fronteras
oye la piedra
viejo pescador frío, grande con letra nueva, aprender las
muchachas de hilo de hierro y azúcar giran largamente
los frascos son grandes como los parasoles blancos oye
rueda, rueda roja
en las colonias
recuerdo olor de limpia farmacia vieja sirvienta
caballo verde y cereales
cuerno grita
flauta
equipajes, corrales oscuros
muerde sierra ¿quieres?
horizontal ver.

"El domador de leones"
De Tristán Tzara.

Tristán Tzara en su manifiesto del 1918 dijo "Dadá no significa nada" Algunos se quedaron desde el principio hipnotizados por la palabra. Los etimólogos y los periodistas buscaban su significado. Y resulta que a la cola de una vaca santa los negros Krou la llaman Dadá o que en Italia designa tanto al cubo como a la madre o que en Rusia se llama así a un caballo de madera y a la nodriza.
El arte Dadá es el primer movimiento moderno que fue más un estilo de vida que se rió de la vida, que una corriente artística. Duchamp envía un urinario, rechazado por supuesto por el comité que formaba parte de la exposición de los Independientes en 1917. Francis Picabia titula una mancha de tinta: "La Sainte Vierge". Cravan convierte una conferencia en un espectáculo de bufopugolismo y se desnuda ante el escándalo del público.
Georges Hugnet escribió que" con la aventura Dadá el arte se va a la mierda".

Gracias al Dadá la gente se desfogaba, se despertaba de la modorra. Los dadaístas no tenían nada de sentimentales. Ellos preparaban el gran espectáculo del desastre, del incendio y de la descomposición. Sofocaron las tendencias lloronas del Arte, porque todo lo que se filtra desde esa transcendencia es "diarrea confitada". Su propaganda anticultura surgía desde la honradez y el asco. Tzara se presentaba sin florituras como un idiota, un bromista: "Soy feo. Mi cara carece de expresión. Soy pequeño.¡Soy como todos ustedes!".
Los dadaístas asumieron el destino nietzschano de que no hay futuro, aunque para ellos "quizás el futuro estuviera en nuestra risa ". Dadá era todo un cóctel de nihilismo, rebeldía y pitorreo.



Felices fiestas.

El Gato Lector dijo...

Felicisimas fiestas Isoba. Pues si, desde que Tzara escribió "La primera aventura celeste del Señor Antipirina", se embarcó con Louis Aragon y Breton en la conciliación marxista y creó los más sinceros cadáveres exquisitos, cualquier espíritu sensible comprende que reir es un arte en si mismo.

"Se escapa la creosota por el vientre del carguero volador,
de la misma forma que tu meas
desde la altura de los tacones
que no paran de crecer"