En la misma época de en que los pintores franceses creaban obras de ambiente histórico o los alemanes eran iluminados por un amor panteista por la naturaleza, es decir cumplian con los estándares del romanticismo en su más amplio espectro creativo, dos pintores- uno alemán y otro francés- descuellan con estilos mágicos.
El diablejo que observa a la bella que duerme en una postura imposible, no tiene precio y es impagable la "boutade" de Redon.
Dos "outsiders" de la corriente romántica.
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