En la etapa más neoclásica de Waterhouse, el tema funerario-quizás inducido por la muerte de dos de sus hermanos-nos presenta esta bellisima obra.
Preludio del romanticismo que la peculiar escuela prerrafaelita cultivó con tanto buen gusto, esta obra ya tiene todos los elementos propios de dicha tendencia tan británica:
Figura femenina, clasicismo tanto greco-romano como legendario, tecnica depurada y esa extraña tristeza que resulta húmeda y el simbolismo.
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