martes, 18 de marzo de 2008

Autorretrato. Artemisa Gentileschi.

Esta romana tenebrista-caraviaggista-llegó a regentar el negocio fundado por su padre: un taller de pintura.
Es peculiar el escorzo de si misma, mirando al motivo de su obra.
Pero lo verdaderamente peculiar es la terrible historia de esta pintora.
Su padre, Orazio, pintor toscano, al comprobar el buen hacer de su hija con los pinceles la buscó un preceptor particular, toda vez que la enseñanza de las Bellas Artes sólo era accesible a los varones.
El preceptor y maestro- Agostino Tassi- resultó un ser abyecto, que violó a Artemisa.
El proceso reveló que el tal Tassi, era una alhaja de cuidado, que aparte de violar a la hija, pretendía robar parte de las obras del padre, prometió casarse con Artemisa, pero resultó bígamo, pues estaba ya casado y de paso y como colofón se acostaba con su cuñada, lo que se consideraba incesto.
Artemisa fué sometida a humillantes examenes ginecologicos por los miembros de la Inquisición romana y torturada en aras de comprobar que su historia era cierta.
Agostino Tassi fue declarado culpable y se le condenó a un año de prisión y al exilio de los Estados Pontificios.
Las actas del proceso, por sus vívidos pasajes, son una fuente de primer orden de los procedimientos inquisitoriales.
Y luego dicen que cualquier tiempo pasado fue mejor.

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