domingo, 13 de enero de 2008

Elena y su hijo, Constantino.


Dos Elenas, una Helena, significando "Griega" y otra Elena significando "Antorcha Refulgente"

Conozco la dicción y la literación de ambas, sea por tanto esta nota, una sola cosa:

Un homenaje.

Abstenganse los empeñados en lingüistica...(¿Lleva dieresis?...¿Ese diptongo ha de acentuarse? ).



Ombligo curioso magnetismo.

Yo, un día concerté una cita con un amigo del colegio. Ese amigo fantástico. Rubio, alto, elegante...y encima el amigo favorito- de los que yo tenía- de mi madre.

Daba gusto salir con el. Ligabamos siempre.

Bien, pues un día quedé con el, como ya dije, en el fantástico "Hispano", al lado de su casa y concerté con otro amigo, vernos allí.


No acudió a la cita. Allí esperamos, el amigo común y yo un par de horas.

Al final, nos fuimos, airados.


Consideramos que nuestro común amigo era un desconsiderado sin escrúpulos y después de dedicarle las más atroces invectivas-incluyendo la de la perplejidad- nos prometimos no tenerle jamás como la misma persona.


Fernando, nuestro amigo denostado, no acudió a esa cita pues tenía otra más urgente.


Se precipitó desde el quinto piso de su casa con la intención-que cumplió-de suicidarse.


Y es cuando yo me di cuenta de lo poco generosos que somos...probablemente por mirarnos al propio ombligo, sin parar.


¡Que aburrido resulta el propio ombligo...y que abyecta su visión!


Vae Victis.

3 comentarios:

Unknown dijo...

Resulta obvio que el amigo se citó con tres personas a la vez: con sus dos amigos y con la Muerte.
Dicha Dama, además de ser especialmente celosa con respecto a la puntualidad en sus citas, no deja elección posible cuando se trata de no acudir a su llamada...
No admite desconsideraciones.

El Gato Lector dijo...

Maestro...y ¿Con quién debemos citarnos?...¿La Dama-me encanta el eufemismo-está ahi?
Bien sea...Gracias por tu comentario. A partir del día 8 de Febrero sabremos más de ti.

Unknown dijo...

No quisiera que se considerases eufemismo la consideración de Dama respecto a la (escasamente nombrada)dueña de nuestros sueños y desdichas...mas bien es el lugar inevitable de encuentro, y (como dirías tú, amigo, a pesar de tu apreciación)el arcano por excelencia, de donde nadie regresó para relatarnos si Dama o no.Pero permíteme la licencia, que no soy ni el primero ni el único en así considerarla.