domingo, 20 de enero de 2008

Jacques Louis David. Retrato de Madame Recamier.

Completamente de acuerdo con Perez-Reverte, que hace poco, ponía de manifiesto-y con motivo de la inaguración de la nueva sección del Prado- el poco o poquísimo aprecio que se hizo en España de la pintura "académica".
Salvando las distancias temporales entre Fortuny o los Madrazo y David (que tampoco es tanto), los franceses siempre dieron sopas con honda a los progres de todos los tiempos que en mundo han sido, valorando a los "academicistas" grandemente.
El retrato de Juliette Recamier, guapísima esposa de un riquísimo banquero, posó horas para David en un escorzo cansado. En el cenit de la moda Imperio, la sencillez de este cuadro magnífico, es un puro "acto estético".
Si como cuenta la leyenda, Madame Recamier, escogió entre una turba de admiradores a Chateubriand como único amante, el cuadro, además, tiene una lectura espiritual inigualable.
Academia. Si. Sin duda. Fabulosa técnica, preciosos temas.
Academia...alejándome cada vez más del bolondro conceptualista.
Se empieza a tambalear mi concepto dogmático del arte autorreferencial.

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