sábado, 12 de abril de 2008

Fantômas.

Ya se que llevo unos días de recuerdo gráfico, comiquero y zumbón. Pero así son las cosas: colgadas parecen bolsas y vueltas a colgar, bolsas otra vez.

Sólo he visto una pelicula-francesa, para mas INRI- de Phantomas (sic) y aún siendo un personaje que era familiar (en mi casa, mi madre, cuando andaba enredando medio en secreto, me decia que parecia a Fantomas (sic)...) nunca conocí de primera mano al personaje.

La película era pura escoria y salía Phantomas (sic) con una máscara como un calcetín y una capa draculeña que le quedaba como a un Cristo, dos pistolas.

Sólo recuerdo que al final, cuando la policía francesa (¡Les flics!) le tenian acorralado en un aereopuerto, el sinvergüenza, se montaba en un Citrôen Tiburón azulado y daba a un resorte, por el cual y por debajo del chasis, se desplegaban unas alas y salía volando, dejando una estela de humo blanco, más falso que un duro de madera. En descargo, diré que el protagonista era Jean Marais, protagonista de "La Bella y la Bestia" de Cocteau. Y para descrédito dire "aussi" que Louis De Funes interpretaba al inspector Juve.

He de constatar que De Funes, me produce un sindrome de prurito anal difícil de describir.

Triste epílogo para un personaje misterioso y fascinante.

Creado por Pierre Souvestre y Marcel Allain, las novelas de Fantômas se comenzaron a publicar en 1911, acabando la saga en 1913.

En 1925, Allain había enterrado a su socio y se había casado con su viuda, lo que pone de manifiesto que era una mujer de gustos poco dispares, pues bien, Allain, publicó otras nuevas aventuras, que finalizan en 1926.

Posteriormente, hubo reediciones y algunos conatos de resurección.

Fantômas era el Rey del Crimen. Y de los más pavorosos crímenes: en los grandes almacenes substituia los perfumes de los dispensadores por ácido sulfúrico, llenaba un transatlántico con ratas infectadas de alguna enfermedad mortal o colocaba a un desgraciado en la guillotina...pero boca arriba.

Tenía "apaches" por todo París, sus contactos abyectos le informaban de todo lo que ocurria y jamás fué capturado

El Inspector de la Surétè, Juve, le persiguió sin tregua, siendo su Némesis, pero su monomanía, le deparó suspicacias de sus superiores, que a veces dudaron si él mismo no fuera Fantômas.

Mientras, Fantômas, colgaba a un prestamista a modo de badajo, de una enorme campana que al batirse le destrozó, en una lluvia de sangre y gemas, que el prestamista ocultaba en sus ropas.

Jerôme Fandor, un periodista de "Le Capital", era el máximo aliado de Juve en la lucha contra el criminal. Pero como las cosas son como ya he descrito antes, Jerôme era hijo de Fantômas sin él saberlo. Para colmo de males, Fandor se enamora perdidamente de Hélène, una maligna definitiva, que lucía un tatuaje de calavera y que es nada más y nada menos que la hija de Fantômas, aunque ella si lo sabe, no como el lelo de su novio.

En cualquier caso su mutua pasión era incestuosa. Es decir, eramos pocos y parió la abuela.

Fantômas, entretanto, se consolaba con Lady Beltham, su amante, que era la viuda de una de sus víctimas, hecho éste que se parece sospechosamente a la vida real de sus creadores. Apesta.

En fin, ya que eres malo, has de ser malísimo, si no, dedicate a otras cosas más mediocres, como la política o la judicatura.


3 comentarios:

Maga dijo...

Jajaja, yo aquí aprendiendo, y riéndome, porque lo del prúrito anal, jajajaja.

No sabía nada de fantômas, ahora un poco.

De verdad que me encanta leerte. Me ha hecho ilusión descubrir este lugar.

Un beso. ¿Me conoces, verdad?

El Gato Lector dijo...

He de confesarte que a mi también me hace mucha gracia lo del prurito, jajaja.

No te conozco, te lo aseguro...pero eso le da atractivo al epistolario.

Un beso.

Maga dijo...

Sí, mejor...

Un beso.