sábado, 12 de abril de 2008

Salvador Dalí. El Hombre Invisible. Y Claude Rains.


Todo el mundo reconocerá a Claude Rains por su interpretación magistral del comisario corrupto en "Casablanca".
Más difícil es reconocerle en la película de Whale "El Hombre Invisible", basada en la novela homónima de H.G.Wells.
La novela, escrita a mediados de 1800, es un verdadero placer de terror y ciencia.
La invisibilidad-que les voy a contar- es uno de los grandes enigmas y sueños del hombre: eso de poder huir, ver y actuar sin ser visto es algo fabuloso.

La base científica es la refracción cero. Es decir, si nuestro cuerpo adquiriera el ídice de refracción del aire, la retina no podría distinguirlo.

La novela tiene un final atroz, toda vez que la invisibilidad enloquece al sujeto que la goza.

La catársis de todo este planteamiento, es sin duda, el método "paranoico" de Dalí, a través del cual el artista desarrolla su cuadro que traigo aquí. (1930).

Maestro de las metamorfósis, Dalí, crea un ser "para ser averiguado", de refracción cero y que es aprovechado por el artista para componer una panoplia de sus iconos estéticos.
Las columnas, las logias renacentistas, los leones dorados, los caballos y los pedestales, están aqui todos. Y algo maravilloso: el color inimitable de Dalí.

Los colores de su Cadaqués, de Port Lligat, del Mediterraneo milenario.

Nunca faltan los enumeramientos eróticos. Dalí, un verdadero devoto de la felación, siempre oculta ese acto entre esferas y escorzos "grecolatinos" de sus figuras. Esta obra no es un ejemplo patente, pero la succión está ahí.

Un deseo, la invisibilidad, un final de "lesa majestad"-la especie no puede, no debe, ir más alla de los designios de la zarza ardiente-, y una interpretación luminosa.

Para ver el magnífico poster de la película...buscar en la red.

Lei un cuento, hace años, de un científico que construia un ser utilizando formulas matemáticas que imbricadas en soluciones coherentes y sincrónicas,daba con un cuerpo femenino, viviente. Era medio transparente, casi invisible...

El terrible Pigamlión, llevado por la mas obscura de las pasiones, llego a copular con su obra aritmética y como castigo, el ser femenino de números y algoritmos, quedó encinta.

Me estremezco sólo con recordarlo.


2 comentarios:

Maga dijo...

Bueno, Pigmalión lo que hizo fue dar solución al algoritmo...

Me gustaría ser invisible. Tiene que ser algo maravilloso.

Un beso.

Maga dijo...

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