domingo, 4 de mayo de 2008

Andy Wharhol. The banana cover.



Dos sucesos han ocurrido casi simultáneamente. Uno, que mi hija de 17 años conectara su MP3 a los bafles de 100 watios de la biblioteca y que lo que sonara no fuese "GreenDay" o "Blind Mellon", sino la "Velvet Underground and Nico". Oir a Cale o a Reed, Morrison o Nico, resultó toda una sorpresa maravillosa.

El segundo suceso es que durante una conversación procaz con una amiga, salió a relucir (nunca mejor dicho y nunca más apropiado relucimiento) el plátano de la portada.

Full of triks, como el "cabás" del Gato Felix, la portada diseñada por Wharhol, esconde leyendas y realidades...Realidad es que en las primeras ediciones junto al pedúnculo del plátano, rezaba: "Pélalo despacio y mira".

Bajo la piel amarilla esperaba una banana color carne.

Esta realidad, via mala traducción, acabó siendo la leyenda de que rascando la piel del plátano y chupándose el debo, tenías un somero "trip", pues tenía LSD microencapsulado.


Que gran fruta el plátano...con su...peculiar forma... apreciada tanto por hombres como por mujeres.




Y si no, vean a la deliciosa Josephine Baker (Baker in banana skirt, Walery), medio vestida de plátanos...El Folies Bergère, era todo un universo platanero cuando esta preciosísima negrita lúbrica salía al escenario. Plátanos. Gruesos, terciados, largos, dulces, maduros, durísimos...en fin: Plátanos.
Pélenlos despacio...y ya verán.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Se te olvidaron los plátanos y bananas de la peli"El libro de la selva" de Walt Disney.

¿Recuerdas la canción que hablaba de la fruta del banano ?
http://es.youtube.com/watch?v=c9XR3qI-_PA&feature=related

Maga dijo...

Una fruta que debe ser muy adaptable.

ººº


COMO UN PLÁTANO JUNTO AL AGUA


Las tinieblas atrajeron tinieblas y la ignominia
se abre paso por nuestras ventanas en esta planificada
Babel de Boston donde nuestro dinero habla
y multiplica las tinieblas de una tierra
de preparación donde la Virgen camina
y las rosas enmarcan en espiral su esmaltado rostro
o caen en astillas sobre calles resecas.
Nuestra Señora de Babilonia, pasa, pasa,
yo fui una vez la niña de tus ojos;
moscas, moscas sobre el plátano, en las calles.


Las moscas, las moscas de Babilonia
zumban en mis tímpanos mientras el diablo con el prolongado
canto fúnebre de la gente hace detonar la hora
de las flotantes ciudades donde su áurea lengua
embruja a los albañiles de la Torre de Babel
para que levanten la ciudad de mañana hasta el sol
que jamás se pone en estas infernales calles de Boston,
donde la luz del sol es una espada golpeando
al que contempla al Señor:
moscas, moscas sobre el plátano, en las calles.


Moscas invaden las aguas milagrosas del helado Atlántico
y los ojos de Bernadeta que vieron a Nuestra Señora de pie
en la gruta de Massabielle, la vieron con claridad tal
que su visión cegó los ojos de la razón.
La tumba está abierta por completo y absorbida en Cristo.
¡Oh muros de Jericó! Y todas las calles
que conducen a nuestra muralla atlántica cantad:

"Cantad, cantad por la resurrección del Rey."
Moscas, moscas sobre el plátano, en las calles.

Robert Lowell