miércoles, 21 de mayo de 2008

El Bosque Sagrado. Bomarzo.


En la región del Lazio, a unos 70 kilómetros de Roma, descansa Bomarzo. Feudo histórico de los Orsini, uno de sus mienbros, Pier Francesco Orsini, llamado Vicino, fue un "Condottiero" al servicio del papado. Casado con Giulia Farnese, su vida activa acabó cuando españoles y franceses firmaron el tratado de Cateau-Cambressis, poniendo fin a unas históricas hostilidades.
Retirado a su propiedad y llevando una vida epicúrea, se convirtió en un mecenas de literatos y artistas. Era apodado "El Contrahecho".
Alejado de la religión, decidió construir un parque con esculturas, "algo que se pareciese sólo a si mismo". Con la ayuda de Piero Liborio, aquitecto de la Basílica de San Pedro a la muerte de Miguelángel, concibió un camino inciático ( a la manera de la Hierotomachia Polifilii) basado en ciertas construcciones misteriosas, esculturas sugerentes y el propio bosque.
La mitología se combina con estructuras como fuentes o casas. La "lectura" del enigmático jardín es algo para lo que no tenemos espacio, pero la influencia alquímica es clara.
Entre los muchos rincones del jardín, yo he traido aqui dos evocadoras imágenes. La primera es la "Casa Inclinada", inhabitable, desasosegadora, como la Fama, voluble y escurridiza.
La segunda es la imégen de un viejo conocido, Glauco, el dios marino. La escultura, es dúplice, pues también representa al pescador que, gracias a las hierbas mágicas, se transformó en el dios.
La esfera armilar que corona al monstruo, que luce un castillo, es un mensaje "universalista" o un arcano de poder.
Profundamente enamorado de su mujer, cuando ésta muere, Orsini, jamás volvió a ser el mismo y dedicó el Jardín de los Monstruos a su memoria.
Un lugar maravilloso, lleno de mensajes secretos y envuelto en esa clase de misterio que sólo nos puede retrotraer al Renacimiento.
Cada escultura, cada fuente o parterre, ostenta una serie de mensajes, que nos dan claves de sabiduría hermética. A la entrada de la casa inclinada se puede leer:
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"Animus Quiscendo fit prudentior, ergo"
(Buscar tranquilidad para que el alma gane en prudencia)
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Nunca una máxima ha tenido tanto sentido para un mundo amenazador como el actual...y escrita hace 500 años.

5 comentarios:

Maga dijo...

En un lugar así me gustaría perderme...

Preciosas las dos imágenes, pero la la casa inclunada es para mí demasiado. Me encantaría vivir en ella.

Me recuerda un libro de agatha christie " La casita torcida"

El Gato Lector dijo...

Los que han entrado en ella, cuentan que comienzan a marearse a los pocos minutos de estar allí. Todo les da vueltas y sienten una amenaza imprecisa que les hace huir precipitadamente.

Maga dijo...

Qué curioso...Eso es que además de estar torcida, está encantada. Más me gusta aún.

Creo que me quedaría a ver que pasaba.

Raquel Graciela Fernández dijo...

Hasta aquí he llegado casualmente y me ha encantado el sitio. Es, como esa casita torcida, un lugar lleno de magia.
Muchos cariños desde Buenos Aires!

El Gato Lector dijo...

Hola Raquel Fernández. Siento el retraso en mi contestación...estaba impresentable. La magia la aporta "maga", el pedante soy yo.
La luz cenital la pone "claraboya" y MAKRINA...Bueno, MAKRINA, ES libre.
Tenemos arqueóloga de guardia. Imagina quién es.

Gracias por venir.