lunes, 12 de mayo de 2008

Salvador Dalí. La Madonna de Port Lligat.

Hablábamos de arquitecturas fantásticas, de fugas...
Sobre Dalí, ya no hace falta decir nada. Todo está escrito.
Sólo dejar que me extasíe contemplando esta máxima belleza: desde el huevo colgante, al niño oquedado, la flotación de los acantilados, los colores irreales, los objetos míticos, el atrio en ruinas...
La sutileza, la frialdad del cuadro, la atmósfera pístina que rodea al milagro de la ingravidez, me translada como a un extraño sueño benefactor...¿Quien vigilará mi inconsciencia?

4 comentarios:

Maga dijo...

Este cuadro no es de los que más me gustan a mí.

Sólo tienes que mirar tu oquedad para saberlo.

Seguro que un ángel.

El dragón es precioso.

claraboya dijo...

A mí sin embargo, maga, es de lo que más me gusta de Dalí.

Me gusta en él esos ejes de coordenadas perfectamente indicados por el horizonte sobre el que flotan los acantilados y por la línea imaginaria que forma la concha, el huevo, el rosario, el tallo de la rosa.. Me gustan esas sombras de cada objeto que indican que la luz viene de más allá que lo obvio.. Me gustan sus "oquedades" por las que se ve más allá de los personajes y a través de ellos.

Lo definido y lo indefinido, lo concreto y lo abstracto, lo obvio y lo oculto.

Maga dijo...

Claraboya, a mi hay otros muchos que me gustan más, como por ejemplo " El enigma sin fin"; pero no es lo mismo mirar un cuadro una persona que entiende de pintura, que la que no.

Tú miras el cuadro con los ojos de una entendida, yo sólo juzgo por la impresión que causa en mi.

claraboya dijo...

Huy, maga... no te confundas, no soy una entendida... sólo sé lo que me gusta, lo que me llega..

Y estoy de acuerdo contigo, el dragón precioso... por fin nos ponen un bonito colorido (soy dragón en el horóscopo chino). Gracias Antonio por vestirnos tan lindo